Ayer se celebró el treinta aniversario de la Pantanada de Tous (20.10.82), los más mayores aún lo recordamos en nuestras mentes, y eso que no lo padecimos, aunque en nuestro pensamiento nos recuerda en más de una ocasión padecer lo mismo con las inundaciones del Belcaire.
Moncofa y sus ciudadanos sabían lo que ésto representaba por el sufrimiento y las penas de los afectados, y Moncofa fue solidaria.
Hacia pocos años que se había constituido en nuestra población el destacamento de voluntarios de la Cruz Roja, (según mis fuentes al rededor del año 1978), en aquel fatído año de 1982, la organización de ésta entidad local era la siguiente:
Presidente, Vicente Aguilar
Secretario, Vicente Esteve
Jefe de destacamento, Carlos Dominguez
Luego estaba la base, los voluntarios y socios que colaboraban para su funcionamiento y prestaciones a la sociedad.
La sede la tenían en los bajos de la casa del Tio Alfredo (hoy la casa de la cultura) y la ambulancia era un Simca 1200, con la unidad número 54.
Cuando se enteraron de la magnitud de la tragedia y la cantidad de afectados que iba a tener, primeramente por iniciativa propia y posteriormente siguiendo las directrices superiores y en colaboración con el Ayuntamiento de Moncofa, pidieron ayuda a sus conciudadanos, en poco tiempo se recogieron alimentos de primera necesidad y ropa para abrigar a los afectados, ya que según las noticias mucha gente habia salido de sus casas solo con la ropa puesta.
Se recogieron gran cantidad de donativos y se organizaron y los llevaron al aeropuerto de Manises en dos viajes cada uno, de los camiones del Ayuntamiento y de Frco. Canós.
De allí con los helicópteros del Ejército, se distribuían a los afectados en la zona de riesgo, en donde solo ellos, podian acudir.
Moncofa sabia lo que representaba y participó para ayudar a los damnificados.
En esta ocasión un voluntario de nuestra Cruz Roja Local de Moncofa, Francisco Canós Canós, nos comentaba su experiencia personal ya que se fué a la zona afectada a colaborar con su institución en los primeros auxilios.
Fuimos al aeropuerto de Valencia (Manises) junto a otros compañeros y de allí nos trasladaron a Alzira con los helicópteros del ejército, a mi me destinaron para ir con una lancha zodiac, para recorrer sus calles en donde el agua llegaba casi a la altura de los primeros pisos, para socorrer y prestar ayuda a sus gentes.
Era asombroso ver las calles llenas de agua y las personas en los pisos, bien en los suyos propios o el de los vecinos de arriba, porque su casa estaba anegada, con el sufrimiento reflejado en sus caras.
Uno en estas ocasiones no piensa en nada, solo actúa y hace lo que debe y puede en cada momento, el padecimiento y amargura de la gente era angustioso, aunque estaban a salvo, lo visto y vivido en estas últimas horas de su vida no lo iban a olvidar jamás.
Nuestro trabajo finalizó y regresamos a casa, pero nunca olvidaré las calles de Alzira anegadas por las aguas del Júcar en la Pantanada de Tous.
Treinta años después, recuerdo los relatos que unos amigos que en aquellas fechas vivían en Alzira, cuando nos comentaban unos días después de aquello, en su casa de Moncofa
Hacia poco tiempo que se habían casado y con un bebé de familia, vivían en un primer piso de Alzira, de allí veían al principio pasar el agua por su calle, e iban observando como el nivel subía hacia donde ellos tenían su hogar.
Hacia poco tiempo que se habían casado y con un bebé de familia, vivían en un primer piso de Alzira, de allí veían al principio pasar el agua por su calle, e iban observando como el nivel subía hacia donde ellos tenían su hogar.
Creíamos "nos decían" que no llegaría, pero poco a poco el nivel iba subiendo, y al final "nos relataban" oímos y veíamos como el agua iba subiendo por las escaleras, peldaño a peldaño, cuando empezó a entrar en nuestra casa, recogimos lo que pudimos y nos subimos al piso superior con los vecinos, y lo dejamos todo...
P.D."Si amics, ens hem recordat de vosaltres..."
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