Gabriela Alemany Martí y su equipo ya han finalizado el mural que conmemora el 600 Aniversario del Desembarco de Santa María Magdalena en Moncofa, y a ello se ha referido con la reflexión que hemos podido sacar del comentario en su Facebook y para darle mayor relevancia hemos reproducido la fotografía que ella misma ha publicado.
Por todoo ello y por sus reflexiones le damos nuestra enhorabuena.
"El
Ayuntamiento de Moncofa, y por encargo directo de su alcalde, Wenceslao
Alós, cuyo interés por mi trabajo tanto agradezco, me planteó la
oportunidad de pintar un mural conmemorando el desembarco de la efigie
de María Magdalena, patrona de la población, en la Ermita dedicada a la
santa.
Confieso que durante todo
el verano la propuesta me supuso no pocas interrogantes de índole extra
pictórica, dada la naturaleza tan singular y tan significativa del
templo. Me preguntaba si era adecuado o no tocar el blanco de los muros
de la Ermita, pero como va en la materia misma de la actividad artística
el plantearse retos, a la vez que dudaba me iba formando poco a poco
ciertas ideas sobre el modo en que podría minimizar la pérdida que
podría suponer mi intervención, con alguna ganancia diferente o de un
orden superior.
Y entonces es
cuando se fueron sustanciando algunas alternativas que son las que
cualquier viandante puede apreciar ahora. En primer lugar era preciso
deslindar el hecho histórico, más o menos contrastado, del arribo de la
escultura con Centelles, de los imperativos estéticos, ya que una
escultura en su embarcación no suponía por sí misma un gran atractivo
pictórico. Así que lo que he intentado representar no ha sido ese hecho,
que dificultaba el dinamismo de la imagen, sino otro acontecimiento no
menos importante, pero de naturaleza psicológica, que es el de la
recepción que ofrecen las gentes de Moncofa a dicho evento. Y que es,
entonces pero tambíén en la actualidad, en cada desembarco de nuestra
fiesta grande, no la llegada de la escultura, sino la de la santa misma y
patrona.
Un aspecto más grato
de este exigente proyecto es el de que me permitía desarrollar algunas
de las técnicas recibidas de la pintura historicista romántica que tanto
aprecio. En cuanto a la iconografía de María Magdalena, también he
tenido que tomar algunas decisiones difíciles. En primer lugar con el
color de su vestido, puesto que habitualmente se la representa de rojo,
para enfatizar su natural apasionado. El rojo se me antojaba demasiado
marcado, capaz de opacar el conjunto de la composición. Por otro lado,
el verde del vestido real de la actual imagen de la Magdalena peca de
todo lo contrario, así que me decidí por el amarillo, que es también un
color penitencial. No en vano era el color de los juzgados por el Santo
Oficio, y el culto a la Magdalena siempre estuvo teñido de una cierta
libérrima heterodoxia en el catolicismo, a diferencia de la reverencia
profesada a la misma, como la primera apostol, en la Iglesia oriental.
También enfaticé su carácter penintencial con la calavera en la cubierta
de la barca, pues aunque la calavera corresponde a una iconografía
posterior a la característica del hecho histórico recogido, se
generalizó tanto en el Barroco y en el Romanticismo, como para
considerarme por así decir autorizada para su incorporación.
No
me corresponde a mí juzgar lo realizado. Se trata de un verdadero
trabajo de equipo gracias a la ayuda, apoyo y entrega incondicional de
mis compañeros y amigos Evaristo Millan y Vicente Alemany. Son muchos
los agradecimientos que habría de repartir, pero esas personas lo saben
como se saben las cosas del corazón. Cualquiera que se dedique, de una
manera u otra a la creación, reconocerá que la perfección es un
espejismo transitorio, pese a ello puedo decir que lo he intentado hacer
lo mejor que sé y que, en conjunto, estoy satisfecha con el resultado."
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14 de noviembre de 2023
Reflexion de Gabriela Alemany en su mural sobre el 600 anversario del desembarco.
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