Las elecciones municipales ya han pasado, hace casi una semana que fuimos a depositar nuestro voto a las urnas, con ello realizamos un compromiso esencial para el sistema democrático que nos dimos en la Constitución del año 1978 y el Estatuto de Autonomia de la Comunitat Valenciana.
Cada ciudadano sin presiones y de una forma libre y democrática elegimos a la lista que creemos según la forma de ser y pensar de cada ciudadano, aquella candidatura que supuestamente creemos que lo puede hacer mejor.
En una jornada normal de fiesta democrática, fuimos a los respectivos colegios electorales a depositar nuestro voto.
La campaña se inició con muchas ilusiones, los partidos mayoritarios iniciaban su andadura en obtener la mayoría absoluta, esperando en no sufrir ninguna debacle, el resto en continuar unos con el concejal que ya tenían, y esperar que no les pasara factura su andadura en la anterior legislatura o incluso conseguir alguno más y el nuevo en conseguir algún concejal disconforme de los dos mayoritarios y porqué no, aprovechar el tirón del partido que conseguía en las encuestas a nivel nacional.
Las listas de todos los partidos, renovadas y han surgido candidatos que hasta el momento no estaban definidos políticamente hablando, con alguna sorpresa por estar unos si y otros no, pero así es la política.
Todo estaba en el aire, y podía pasar de todo, las espadas estaban en lo alto, y nadie se definía en lo que realmente iba a pasar, todos confiaban en sus fuerzas.
Hemos leído las propuestas y escuchado a todos los partidos que se presentas en las elecciones 2015, para gobernar la localidad, y sus propósitos son buenos y aceptables, con alguna pequeña salvedad, queriendo hacer el bien a Moncofa y para sus ciudadanos, esperamos que quien llegue a gobernar que tenga suerte y el resto que colaboren y así ganaremos todos.
Y llegó el gran día, y surgió la sorpresa, ¿y ahora que?...
¿Volvemos a empezar?
Hace cuatro años inserté el siguiente posts.
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