30 de diciembre de 2010

La citricultura en Moncofa, ya no es lo que era.

Recuerdo que en mi juventud, en el periodo vacacional estudiantil, íbamos mi hermano y yo con mi padre a recoger naranja.
Como éramos socios de la SONEX nº 3, participábamos como unos trabajadores más en la recolección de la naranja (todo tipo de variedades)
En otras ocasiones trabajábamos en el almacén y hacíamos todo tipo de labores, e incluso participábamos en algunos cursillos para futuros agricultures y técnicos de almacenes de naranja que hacian en el Centro de Capacitación Agraria en Vila-Real.


Eran años difíciles porque en la agricultura nunca ha sido fácil, unos años más y otros menos, se sacaba el fruto, enviándolo por cualquier país europeo, Francia, Alemania, Inglaterra, etc...
Eran los años que Moncofa era eminentemente agrícola, y cuando helaba la naranja se resentia la economía de la población ya que casi todos trabajábamos en torno a la naranja.
La mayoría de la población vivía de la agricultura, y algunos pocos de la industria, en aquellos años se inició la creación de CEMONSA, y algunos jóvenes empezaron a cambiar de actividad profesional.
Hoy en día, la agricultura desde la incorporación de España a la CEE, ha ido en declive, recuerdo cuando el kilo de Nulera o Marisol, se pagaba a 60 ptas. 0,36 € e incluso a un poco más.
De la agricultura se podía vivir.
Hoy en día con las normativa de la UE, los tratados internacionales, o el Mercado Único, en vez de mejorar, como creíamos todos que ibamos a hacer, las cosas cada vez se ponen más difíciles.

Hacemos las labores pertienentes para tener buenos frutos, que nuestros huertos rindan lo máximo, todo lo que corresponde a nuestras manos lo hacemos, y que pasa...
Simplemente que desde el momento que el fruto sale de nuestro campo, ya no depende de nosotros, depende de otros, y cada vez es peor.

Ya se ven muchas fincas abandonadas, y las pocas que quedan pronto pasarán a englosar a éstas, ya que a los precios que se está pagando en la actulidad la naranja, no se saca ni para gastos.
Hoy el agricultor citrícola, debe armarse de valor y esperar un año tras año para sacar el ansiado rendimiento económico y este no llega, el desámino es palpable.
Los únicos que ganan un poco de dinero, y no lo de antes, son los trabajadores, al propietario le queda bien poco o casi nada y en ocasiones pérdidas.


Si tenemos en cuenta la actual campaña que ha helado parte de la cosecha, ya me dirán que nos queda.
La naranja a consecuencia de las frías temperaturas están cayendo al suelo, como el precio.
Cada vez nos ponen más trabas para sulfatar los campos, aparecen nuevas plagas, continuamos con el minifundismo que dispara el precio de coste, y en el periódico leemos que en Marruecos se están construyendo fincas con extensiones más grandes que el destinado a la naranja en la provincia de Castellón y encima ni controles ni monsergas, pasan por nuestras narices y se ríen de nosotros, o por lo menos es mi sensación.
El futuro lo veo más que negro. Me gustaría equivocarme.

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